Esta vez no, no necesito escribirlo.
No tengo la necesidad de soltarlo todo en letras para que el revoltijo de pensamientos que hay en mi cabeza se ordene.
Esta vez el desorden está ahí, pero las ideas son claras, y no necesito sacarlas para volver a ordenarlas.
Me ayudaste, puede.
Pero me he ayudado más a mi misma.
No estoy rota, tranquilo, estoy perfectamente bien.
Nos vemos.