Lo sabía, sabía perfectamente cómo iba a reaccionar, sabía todos los estados por los que iba a pasar, lo tenía tan interiorizado que no he sabido como cambiarlo.
Justo la única persona del universo que no esperaba que me diese ánimos, ha estado ahí, parecerá una tontería pero ha sido uno de los mejores apoyos en el último momento.
Llegué. Respiré profundo pero de nada sirvió, los nervios me tenían atada.
Todo el rato pensando en cómo respirar para no morir... y terminó como una pesadilla con final feliz.
Ya está, las cartas están echadas, solo queda esperar la derrota, despertar y volver a respirar.
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