Te odio y a la vez Me odio.
Sí, nos odio. A ti por hacerme quererte.
A mí por no controlarme, no aprender de todo lo que sé
y colarme por ti como una loca, tan rápido como enciendes una cerilla.
Pero no se apaga tan rápido.
Estoy en la mierda, pero no te echaré la culpa a ti, se las echaré a las circunstancias.
Me hace gracia que no paren de preguntarme que qué me pasa, cuando ni siquiera yo tengo respuesta a esa pregunta.
Tengo que ser divertida, hablar y estar todo el rato con la gente, cuando en realidad yo no soy así todo el tiempo.
Soy una cerilla, como un fuego artificial, explota y es genial pero en seguida se apaga.
Estaba tan efusiva por la gente, la capital, todo lo nuevo, y ahora llega el momento en el que me estampo contra la pared, en el que me quedo sin oxígeno y me apago.
Que no todo es tan de rosa, que no soy tan así como me ven y me comporto.
Que sí, pero que no.
Este momento de bipolaridad por el que siempre paso y al que no sé dar respuesta, solo calificarlo como bipolaridad loca descontrolada o algo así.
Quizás solo sea la edad, mi forma de ser o el tiempo, ¿quién sabe?
Solo sé que sé que se me pasará, o eso espero.
De momento tengo la música que me mueve y llena de sentimientos cuando estoy así de vacía y apagada.
La música, mi más fiel compañera y mi guía, así como la de muchos.
Y vomitarlo todo en un blog.
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